La pérdida y degradación de hábitas, causadas principalmente por nuestro sistema alimentario, son la amenaza que más se reporta para las poblaciones de vida silvestre en todo el mundo, seguida de la sobre explotación, las especies invasoras y las enfermedades.
Lamentablemente son cuatro especies extintas, dos mamíferos y dos anfibios, los mamíferos existían en la parte insular de Honduras.
Así se encaminan también los árboles, quienes a pesar de su gran valor para el mundo, hoy son maltratados por la humanidad.
El declive de las poblaciones de vida silvestre puede significar una alerta temprana de un creciente riesgo de extinción y la posible pérdida de ecosistemas saludables.
Cuando los ecosistemas sufren daños, pueden volverse más vulnerables a los puntos de inflexión, es decír, a pasar de un umbral crítico que ocasione cambios sustanciales y potencialmente irreversibles.