El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que puede causar complicaciones graves, especialmente en niños menores de cinco años. Aunque existe una vacuna segura y eficaz, los brotes continúan ocurriendo en muchas regiones debido a la baja cobertura de inmunización.
En los niños pequeños, el sarampión puede provocar neumonía, encefalitis, diarrea severa e incluso la muerte. Además, debilita el sistema inmunológico, dejando al niño vulnerable a otras enfermedades. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los sistemas de salud de todo el mundo promueven campañas de vacunación y refuerzo.
La inmunización no solo protege al niño vacunado, sino que también contribuye a la inmunidad colectiva, reduciendo el riesgo de contagio para quienes no pueden vacunarse por razones médicas.
Garantizar el acceso a la vacuna y sensibilizar a los padres sobre su importancia es un compromiso clave para salvar vidas y asegurar un futuro saludable para las nuevas generaciones.