Actualmente estamos experimentando cambios de temperatura muy drásticos en nuestro país, sequías y tormentas más agresivas y prolongadas, biodiversidad perdida, entre otros problemas.
Además de todo esto, vemos también daños en la agricultura, que son solo algunos de los factores visibles del cambio climático en Honduras, un problema global que amenaza los ecosistemas del mundo.
Además de crear una problemática en los ecosistemas naturales, el cambio climático también afecta la seguridad alimentaria, el acceso al agua y afecta la economía de miles de familias hondureñas que viven de la tierra.
Las sequías, especialmente en el Corredor Seco del país, han obligado a comunidades enteras a reducir sus cultivos y buscar fuentes alternativas de ingreso. Esto ha generado desplazamientos internos y ha empeorado la pobreza en zonas rurales, donde el acceso a agua potable y alimentos es cada vez más complicado.
Frente a esta problemática a nivel mundial organizaciones piden que se de una enseñanza desde los centros educativos para poder comenzar a generar un cambio que beneficie no solo a nosotros, sino a crear un planeta más saludable.
Programas de reforestación, cosecha de agua, agricultura sostenible y educación climática son fundamentales para mitigar los efectos del cambio climático y preparar a las nuevas generaciones para enfrentar este reto.
El cambio climático ya es parte de nuestro día a día: los vemos en nuestros campos y ciudades, afectando la vida de millones de hondureños. Es importante que desde las escuelas formemos niños y niñas concientes de esta problemática y darles la enseñanza necesaria para poder hacer un cambio.