La tradición de los desfiles patrios en Honduras tiene sus raíces en el año 1940, cuando bajo el gobierno del presidente Tiburcio Carías Andino se organizó por primera vez un desfile escolar y militar con motivo de la conmemoración de la Independencia de Centroamérica.
Hasta antes de esa fecha, la celebración del 15 de septiembre se realizaba con actos cívicos en escuelas, instituciones públicas y plazas, pero fue durante la administración de Carías cuando se dio un carácter más solemne y organizado a las festividades, incorporando marchas con estudiantes, cadetes y bandas de guerra que recorrieron las principales calles de Tegucigalpa.
El objetivo de esta iniciativa era fortalecer el patriotismo, la identidad nacional y la unidad cívica del pueblo hondureño, resaltando a la vez los valores de disciplina y orden. Desde entonces, los desfiles patrios se consolidaron como una de las tradiciones más esperadas de las Fiestas de Independencia, extendiéndose a todo el país con la participación de escuelas, colegios, instituciones públicas y organizaciones civiles.
Hoy, a más de ocho décadas de aquel primer desfile, esta celebración continúa siendo un símbolo de orgullo nacional, donde generaciones de estudiantes y ciudadanos rinden homenaje a la patria en cada 15 de septiembre.