El 10 de septiembre el mundo celebra el Día Internacional del Niño, una fecha impulsada por las Naciones Unidas para recordar que la infancia debe estar protegida, respetada y reconocida como etapa fundamental en la vida de cada ser humano. Esta conmemoración busca sensibilizar a la sociedad sobre los derechos de los niños y niñas, así como sobre los retos que aún persisten para garantizarles una vida plena, segura y con igualdad de oportunidades.
La idea de dedicar un día a la infancia surgió en 1954, cuando la Asamblea General de la ONU invitó a todos los países a establecer una jornada de reflexión y acción en favor de los más pequeños.
Años más tarde, el 20 de noviembre de 1959, se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño, y en 1989 se adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado internacional más ratificado en la historia, que establece principios básicos como el derecho a la vida, a la educación, a la salud, a la identidad y a la protección contra cualquier forma de violencia o discriminación.
En muchos lugares del mundo se organizan actividades educativas, culturales y sociales para conmemorar la fecha. Organizaciones internacionales, gobiernos, escuelas y comunidades desarrollan campañas de sensibilización que buscan poner en primer plano las necesidades de la infancia.
Sin embargo, también se recuerda que aún existen grandes desafíos: millones de niños viven en contextos de pobreza extrema, enfrentan la desnutrición, carecen de acceso a servicios básicos, y son víctimas de conflictos armados o desplazamientos forzados.
Este día reconoce que la protección de los menores es responsabilidad de todos: gobiernos, instituciones, familias y comunidades. Brindar un entorno seguro, una educación de calidad y oportunidades para su desarrollo no es únicamente un derecho, sino una inversión en el futuro de nuestras sociedades.